Saturday, September 09, 2006

Que tal si ellos fueran un poquito mas honestos,Que dijeran lo que sienten sin prejuicios, sin pretextos...


ADVERTENCIA: Señores hombres que vean esta entrada, por favor, no se ofendan, "al que le quede el saco, que se lo ponga". atte. TODAS (menos Anita, ella todavía no le tiene rencor a nadie y Lechuga, que NO estuvo muy de acuerdo en esto. Isabel solo dijo que era bajo nuestra responsabilidad.)


¿Que tiene que ver P. Rubio y su canción dedicada a su perrita con mi blog?
Verán en su canción ella hace una comparación entre los hombres y los Canis lupus familiaris, que nosotros cariñosamente los llamamos fido, pulgas,fifí,firulais, etc.

Estos animalitos como mascotas son encantadores, pues ladran de gusto cuando te ven llegar, mueven la cola (o rabito según sea el caso)en espera de una caricia tuya, jugan con la pelota que les lanzas, duermen al pie de tu cama, ¡digánmelo a mí, que tengo tres!. En fin, quizá luego les hablaré de perros, pero ahora les digo que Paulina cometió un error, pues algunas personas no les llegan ni a los taloncitos de nuestros perros. Verán, en mi escuela hay un par de ... bueno pues de "perros", aunque ellos se hacen llamar a sí mismos lobos, pero aquellas bestias majestuosas, se suicidarían como lemmings al saberlo. De alguna manera tenía que salir esto, pues es un constante tema de conversación entre toda mi comunidad estudiantil. Se los voy a contar en forma de cuento:

"Había una vez dos princesas: Abby y Sabel, muy buenas amigas, se contaban todo, reían lloraban, se pasaban las tareas,intercambiaban consejos, ambas tenían novios, pero sucedió que un dia el novio de la princesita Abby la dejó, Sabel la consoló, pero ¡oh infructuoso destino!, el principe de Sabel, en un afán de apoyar a su princesa, comenzó a platicar también con Abby, ¡destino infortuito!, que cuando Sabel se retiraba a sus aposentos, Rique (pues así se llamaba en principe de Sabel) y Abby conversaban largo y tendido. O por lo menos eso creía Sabel. Un día recibió una paloma con sonido en la cual Rique le decía:

"No me lo callo, escucha atenta por favor, ya no te amo, no es decisión hecha al vapor, ya lo he pensado, nadie se ha muerto con el filo de un adiós.Cae en la cuenta que no soy indespensable, que es por demás el intentar recuperarme, que ya es muy tarde para quedarme, No soy el aire."
Sabel estaba desconsolada, pues no sabía que podía haber ocasionado esa ruptura y menos de esa forma tan cobarde. A la mañana siguiente cuando fué a su clase de alquímica, Sabel se encontró con su amiga la princesa Abby, pero ella estaba extraña, como abstraída por algo superior, nerviosa.. y Sabel cayó en la cuenta que Abby tenía motivos para ponerse así, Abby había traicionado a Sabel, acostándose con el principe Rique. Sus sospechas se vieron confirmadas por la pregunta más estúpida que se podría haber formulado en un momento así: -¿Me odias?-. Sabel, quedó confundida pues ¿cómo era posible que semejante horror hubiera pasado?. Paralizada hasta el grado de no llorar, Sabel se quedó donde se encontraba Abby, pues no sabía que hacer, no sabía si lanzárcele sobre el cuello o dejarla ir. A los pocos minutos llegó el príncipe Rique y sin más preámbulos besó a Abby en los labios, en prescencia de Sabel.Abby y Rique dejaron de ser las personas que había conocido, se habían transformado en bestias consumidas por el sexo, ensalivándose de lasciva. Sabel, emprendió la retirada como la princesa que era,dignamente, pues comprendió que aquellos seres se merecían el uno al otro. FIN."

OJO: esto no es para causar un "¡ay, pobrecita!", si no al contrario, saber que hay veces en las que apesar de que le das de comer a tu mascota, ella te podría llegar a morder la mano. VAYAN CON CUIDADO. (...de acuerdo Isabel decidió participar de último minuto, pues comprendió que era por un fin superior, el concientizar a la gente que no todo es miel sobre hojuelas, ¡ni en las amistades!)

1 comments:

Exodus said...

concuerdo con el papa qufo, Addy y Sabel eran amigas y lo que paso si fue una gachada.

Ya que de pronto hay que lidiar con cosas semejantes o peores; y pues hay que awantarlas.