Lucero de la tarde

Quiero compartirles algo... el título, no es una canción, hoy rompo algunos esquemas, y les presento dos escritos míos. Hoy no hay color, pues no entiendo aún el sentimiento....



Una flor que se escapa, tras un rastro de luz que sigue la aurora, dentro del atisbo del viento, entrañando un extraño recuerdo, un viento leve a medio aterdecer, mirando al lucero de la tarde; un tibio reflejo del agua silenciosa que se oculta tras las rocas.

¡Tanta quietud! ¡y tanta osadía! tantos misterios y tan poco tiempo...que al paso del murmullo, el mismo murmullo que suena tan distinto, que complica más el existir, que ya de por sí es dificil aceptar y trasgredir las normas yuxtapuestas por la vida... y viene el murmullo del reflejo del lucero del atardecer a contrariar mi existencia, donde la flor recién cortada, escapa de la mano tranquila que la sostiene, dond el velo del vestido azota la pureza del verde y rompe con su negrura, los rosas tonos que la tarde me ofrece.

Tan frágil que parece, ¡Tan cerca!, que si estiro mi brazo me doy cuenta, que no puedo tocar, que me lleva al abismo, al cielo y de vuelta al infierno; pero aún así lo intento, intento (y me permite) tocar el Lucero del Atardecer.